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martes, 30 de junio de 2015

¿Sabe cuánto cuesta su voto?

¿Alguna vez le han dicho cuánto cuesta su voto? En colombia muchos políticos, especialmente candidatos, hablan de votos dentro de su campaña como si de regalar dulces se tratara y peor aún, aunque sabemos que es así, nos hacemos "los bobos". Mientras algunos se ponen felices de que llegue la época de elecciones porque significa (TLC) tamal, lechona y cerveza (a veces muchas cosas más) totalmente gratis, otros van más allá, no solo comen sino que comprometen su voto a cambio de estos regalos ($$$$).

Pregúntese por favor ¿Cuánto cuesta un tamal? ¿Cuánto una lechona? ¿Cuánto unas tejas nuevas para su hogar? Ahora preguntese algo más trascendental ¿Cuánto podría costar el progreso de Fosca? ¿Cuánto costaría gestionar careteras nuevas, invertir en la infancia, juventud y tercera edad, la tecnificación y diversificación de cultivos, en la lucha contra la corrupción? Mejor todavía,  ¿Cuánto cuesta el municipio de sus sueños?, seguramente no lo mismo que cuesta un almuerzo.

Parece irónico que mientras todos pagamos impuestos y servicios, decidamos vender nuestro voto. De nuestra decisión de elegir se desprenden muchas oportunidades para mejorar o no. Aún más increible es que haya políticos que emplean frases como "Con una lechona que regalemos ya tenemos los votos de toda una vereda"

Si negociamos el voto, probablemente el ganador empezará su administración con deudas de campaña, deudas que se cancelarán con los servicios e impuestos que nosotros pagamos.

Finalmente y para terminar esta corta reflexion, pregúntese querido lector ¿Usted vota o elije? ¿Usted vota por una opción o elige un destino, un cambio, un proyecto? No negocie su voto por comida o promesas de beneficios para usted, elija el bienestar de su familia y el de su comunidad. Piense: aún si le prometierán dinero ¿Con qué plata cree que le van a pagar? La respuesta no es difícil: pues con sus propios billetes, los de su vecino y sus paisanos; con el erario público y los impuestos que todos pagamos esperando que sea invertido en nuestra tierra.


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